¿Cómo hacer sustrato casero para las plantas?

¿Cómo hacer sustrato casero para las plantas?

A la hora de cultivar tenemos dos opciones, comprar tierra comercial o hacer nuestra propia tierra en casa. Cuando cultives un huerto o jardín ya sea en recipientes, macetas o suelo directo, nunca utilices únicamente la tierra que encuentres. El truco está en utilizar una mezcla de elementos para conseguir las diferentes propiedades que necesitan las plantas para su desarrollo completo, es decir, buen drenaje, aireación interna, anclaje firme, nutrientes disponibles, acidez neutra, retención de humedad.... En este apartado de nuestro manual de cultivo te explicamos cómo hacer tu propia mezcla para plantas con las mejores técnicas, de forma sencilla para todo el mundo y con ingredientes fáciles de encontrar.

CREA TU PROPIA MEZCLA


Hay que tener en cuenta que si solo necesitas unos cuantos litros de tierra para unas pocas macetas, puede que te salga mejor comprar una mezcla ya hecha. Hacer sustrato casero solo suele ser rentable a gran escala o a largo plazo, aunque también lo recomendamos para reciclar materiales antiguos y mantener el cultivo lo más sostenible con el medio ambiente posible. Puede comprar tierra para macetas ya preparada en el mercado o puede optar por hacer su propia base en casa si tienes la suerte de tener materiales al alcance. Si escoge la segunda opción y desea aprender a preparar la tierra para plantar plantas, los siguientes consejos, trucos y nociones básicas le ayudarán a cosechar un mejor resultado.

¿Qué necesito para hacer tierra para cultivar?

En la actualidad se puede realizar substratos caseros con casi cualquier cosa al alcance. Puedes ir a lo barato e ir recogiendo materiales de algún jardín desgastado o bosque cercano. En la propia naturaleza que nos rodea existen cientos de elementos que podremos utilizar. Si nos podemos permitir gastar algo de dinero, siempre será mejor la calidad si adquirimos en un comercio los diferentes ingredientes y hacemos la mezcla casera completamente a nuestro gusto y necesidad.

Existen muchas recetas diferentes para fabricar en casa un medio de plantación fértil y con las mejores propiedades para las raíces. Cada elemento de la tierra que hagamos tendrá un objetivo y función, dependiendo el tipo de planta a cultivar, el clima de la región, el método de cultivo… nos convendrá más uno u otro ingrediente.

Base principal capaz de retener la humedad

Lo primero que necesitamos es saber qué ingrediente principal será el que forme nuestra mezcla casera para el cultivo. Dependiendo de las técnicas usadas y el clima de la zona de cultivo deberemos escoger una base principal u otra. Si resides en una región muy seca y calurosa tendremos que elegir una base con capacidad para retener el agua de riego de forma elevada, de lo contrario nos veremos obligados a regar cada pocos días o incluso horas.

En cambio, si residimos en una zona con lluvias constantes, temperaturas bajas y humedad elevada deberemos utilizar en nuestra mezcla casera elementos que no mantengan por mucho tiempo el agua procedente del riego. La renovación del agua es fundamental, dejar secar las raíces antes de volver con la irrigación puede evitar la aparición de hongos, bacterias y otras enfermedades. En la actualidad disponemos de múltiples opciones a la hora de escoger la base principal para nuestra tierra casera:

  • Turba vegetal: Es muy común encontrar sustratos de turba comerciales económicos en cualquier tienda. Aunque no es un elemento muy sostenible por su forma de extracción, nosotros podemos cambiar este aspecto negativo reutilizándola para fabricar tierra en casa. Tiene una buena retención de humedad y sus propiedades son estable y aptas para las raíces.
  • Tierra de coco: La industria cocotera genera mucho residuo procedente de las cáscaras y cuerpos de los cocos que no se utilizan. Esas partes pueden triturarse y utilizarse como base para nuestro cultivo. La retención de humedad es elevada pero muy aireada y con espacio para el crecimiento del sistema radicular. Los rendimientos al usar coco pueden llegar a ser mucho más elevados pero es un material complejo y que necesitará de fertilizantes especiales.
  • Arcilla expandida: Los guijarros de arlita pueden usarse, además de para decoración con mantillos para suelo, como sustrato base para jardines de alto rendimiento y explotaciones comerciales. Las bolas de arcilla suelen tener unos pocos poros que permite la retención del agua de riego, sin embargo, apenas puede almacenar humedad en comparación con los ingredientes antes mencionados.
  • Mapito o espuma agrícola: No es un material muy conocido en España pero su uso está más extendido en otras regiones de Europa como Holanda, la cuna de la agricultura. El mapito es un conglomerado de lana de roca y polietileno muy usado en hidroponía con maceta. Un sustrato muy esponjoso que aporta una gran retención de humedad a la vez que permite la aireación y el drenaje de forma óptima.
  • Vermiculita: Hablamos de un mineral rocoso que se ha expandido por la temperatura excesiva que ha provocado la evaporación del agua contenida en el interior de la roca. Un ingrediente muy ligero, esponjoso y aireado que puede exprimir al máximo las producciones finales de la cosecha.
  • Otros: Los elementos anteriores, a pesar de ser los mejores, no siempre están disponibles sin gastar dinero en el camino. Se puede utilizar arena, grava, piedras y otros elementos del campo pero las propiedades serán menos adecuadas para cultivos comerciales y tipos de plantas que necesiten altos cuidados.

Enmienda para generar aireación y drenaje

El sustrato casero ideal tiene que permitir que el agua de riego entre en las raíces, se mantenga la humedad el tiempo suficiente pero tiene que impedir que se acumule el agua en ningún punto y genere agua estancada. De lo contrario, las enfermedades y proliferaciones de bacterias y hongos estarán a la orden del día y te impedirán llevar a cabo un cultivo con buenos resultados. Cualquier elemento de tamaño considerable y que no sea capaz de atrapar mucha humedad es perfecto para este objetivo. Recuerda usar elementos naturales sin tóxicos y estables como la arcilla, piedrecitas, grava, cortezas de árboles, perlita volcánica etc..

Su presencia en el sustrato casero es menor, pero sin este ingrediente el suelo se apelmazaría y el riego nunca drenaría las sobras por los orificios de la maceta. Al añadir estos elementos se generan cámaras de aire internas que aumentan el drenaje y permiten la generación de oxígeno para las raíces. El agua circula por estos huecos renovando el aire y permitiendo una expansión radicular muy superior.

Pre abonado con nutrientes para plantas

Una vez sembremos las plantas estas necesitarán de alimento en poco tiempo. El alimento de las plantas es básicamente abono o fertilizante que contengan los nutrientes principales NPK y los secundarios que necesitan las plantas para su desarrollo y supervivencia. Recomendamos abonos naturales de lenta absorción que permitan llevar a la planta una vida equilibrada durante más tiempo. De esta forma los nutrientes estarán disponibles de forma más lenta, evitando quemar las delicadas raíces de las plántulas recién trasplantadas y evitando también los excesos en la planta. Ejemplos de abonos naturales de larga duración son:

  • Humus de lombriz
  • Guano de murciélago
  • Estiércol de animales
  • Preparados con otras plantas
  • Harina de huesos
  • Harina de sangre
  • Algas y derivados del mar
  • Abono verde
  • Cenizas
  • Dolomita
  • Osmocote
  • etc..

Estabilizadores y reguladores del pH

Los niveles de acidez en los ingredientes usados deben ser neutros o estar dentro de los límites aceptados por la especie vegetal que tienes pensado plantar en tu futuro jardín. Los niveles de pH elevados o muy bajos pueden generar bloqueos nutricionales ocasionando deficiencias y una reducción de las defensas naturales de la planta. Para conocer todos los detalles sobre el pH os recomiendo leer este artículo relacionado, en él aprenderemos qué es la acidez del sustrato, como se mide y como regularla de forma efectiva.

Para realizar nuestra mezcla casera deberemos medir el pH de todos los ingredientes y de la mezcla global, en caso de estar fuera de los rangos recomendados podemos añadir ala mezcla estabilizadores del pH como la piedra caliza. Si hemos puesto este ingrediente el último de la lista no es por simple casualidad. Al añadir fertilizantes, enmiendas o mejoradores a nuestra mezcla casera estaremos modificando el pH por lo que este será uno de los últimos pasos antes de utilizar nuestra tierra ecológica.

Proporciones ideales de cada elemento

Una vez seleccionado nuestros ingredientes principales será el momento de juntarlos todos en un gran contenedor y hacer una mezcla completa para nuestras plantas. La proporción de cada elemento dependerá de muchos factores por lo que dar una cifra específica será casi imposible. Normalmente la base tiene que ser el elemento más común de la mezcla, entre el 60-80% de todo el sustrato está formado con un único elemento.

Dependiendo lo esponjoso que sea la base principal deberemos añadir el 40-20% restante en la enmienda encargada de generar aireación y drenaje interior. Llegar al punto exacto no es tan complicado, simplemente coge una pequeña muestra, rellena una maceta y riega. Si el drenaje se realiza correctamente, el nuevo suelo casero no se apelmaza mucho y la humedad se seca en el tiempo justo, habrás llegado a la proporción perfecta. En caso contrario deberás añadir bien o más base o más enmienda para mejorar el aspecto deseado.

Por último se deberá abonar nuestra mezcla casera, las proporciones dependerán también del ingrediente escogido. Asegúrate de guardar la mezcla de tierra en un recipiente hermético, alejado del Sol y la humedad hasta que sea el momento de usarlo en nuestro jardín.

Importante: solo materiales sin plagas ni tóxicos

Si planea usar elementos externos de algún jardín o bosque para hacer la mezcla casera para las plantas, es importante que la esterilice primero. Sea tierra, piedras, arcilla…. es imprescindible deshacerse de las malas hierbas o semillas de plantas no deseadas a la vez que eliminaremos cualquier rastro de vida como hongos, bacterias e insectos evitando así la aparición de plagas y enfermedades en nuestras plantas. Es muy fácil esterilizar la tierra, ya que todo lo que necesitas es una bandeja de cocina y un horno. Deberemos extender la tierra sobre la bandeja para que el calor llegue a todos los rincones. Hornee cada tanda de tierra en el horno a unos 180 grados durante aproximadamente media hora. Cualquier otro ingrediente que añadas a la tierra hecha en casa deberá ser descontaminado para no perjudicar la calidad del nuevo medio. Es importante que todos los ingredientes sean naturales para evitar la entrada de químicos y metales pesados al cultivo.

2 Comments

  • Cruz Taveras

    ,
    noviembre 7, 2023 @ 3:05 pm

    Es un tema muy interesante y adecuado para estos tiempos de tanta contaminacion asi podremos cultivar y producir en nuestras casas
    las verduras que vamos a consumir con toda confianza, agradezco estas instrucciones tan beneficiosas para nosotros.

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